Implantes dentales

  Los implantes son unas fijaciones de titanio puro que se colocan en el hueso maxilar o mandibular con el fin de sustituir a las raíces de los dientes perdidos,  permitiéndonos reemplazar la pieza natural por una pieza artificial con el fin de mejorar la funcionalidad y conseguir igual o mejor estética.  
 

   Existen muy pocas contraindicaciones absolutas, entre las que podemos destacar enfermedades graves que influyan en el metabolismo del hueso, infecciones específicas, tumores malignos que afecten al hueso, o radioterapia en grandes dosis.
 

   Los implantes no provocan rechazo en el organismo, tan solo puede ocurrir que fracase la osteointegración (se estima normal un nivel de fracasos del 2% de los implantes colocados). Aquí entra en juego la pericia del cirujano y que hay casos más comprometidos que otros. Cuando un implante fracasa puede y debe volver a colocarse otro para sustituirlo.      
 

   La cirugía se trata de una intervención ambulatoria y al contrario de lo que pueda parecer, en muchos casos el post-operatorio supone menos molestias e incomodidades que otras intervenciones menores en Odontología como extracciones dentales.
 

   Hoy en día disponemos de técnicas avanzadas para realizar cirugías en casos extremos. Se puede recurrir a elevaciones de seno maxilar e injertos que pueden ser autólogos (propios del paciente) o de otros tipos, con un porcentaje de éxitos elevadísimo. Afortunadamente son rarísimos los casos en los que un paciente que desea ser rehabilitado no pueda serlo. El campo de la regeneración ósea es sin lugar a dudas uno de los principales avances en la implantología de los últimos años.